viernes, 21 de septiembre de 2007

El ocaso de los sitemas tradicionales centrados en pruebas.

La evaluación, a lo largo del tiempo ha ido cambiando su significado, y así, los distintos autores que la han definido, plantean distintas formas de verlas y abordarlas dentro del aula.
Comenzando por mencionar el tipo de evaluación que predomina por muchos años hasta fines del siglo XIX; el que se centraba en juzgar el valor de las cosas, el que también tuvo un cambio paulatino, reemplazándose por la concepción de medición, que genero una visión cuantitativa del proceso evolutivo.
En la década de los teinta se plantea como un proceso evaluativo donde su prioridad era el logro de objetivos formulados desde antes, apuntando al resultado del proceso de aprendizaje, la que provoca un problema al momento de evaluar a alumnos objetivos que intentan demostrar propósitos de carácter cualitativos. (Ralph Tyler).
Luego en la década de los 60, se propone a la evaluación como “un proceso de recolección de información útil que permite la toma de decisiones”; siendo estas decisiones útiles para el mejoramiento tanto del proceso como de los resultados del aprendizaje, reconociendo la importancia del “contexto” y de los “insumos”. (Daniel Stufflebeam).
En la década de los 80 (1960-1980) Se implanta un enfoque que habla del comportamiento relativo de los grupos-cursos, el que utilizaba la comparación entre las personas, siendo así la evaluación referidas a normas. Luego esta de modifica y se plantea una evaluación referida a criterios; basándose aquí el comportamiento en relación al logro individual en función a un objetivo previsto con antelación, esto fue en los años 1980-2000. Y lo que se emplea en la actualidad, es la evaluación referida a la construcción de conocimientos centrándose en un aprendizaje significativo y con sentido.
Una de las innovaciones que se han realizado para el proceso de evaluación; es darle importancia a los procesos de aprendizajes, que a los mismos resultados, debido a que consideran importantísimo desarrollar capacidades y habilidades del pensamiento, tales como la comprensión profunda, además una enseñanza personalizada, evaluación diferenciada, dominando los procesos y aceptando las múltiples técnicas e instrumentos para la evaluación en si. Pero implementarla ha sido un desafió, por la simple razón, de que aun los profesores están con los antiguos enfoques; por lo tanto creen que es natural y casi una ley aplicar una prueba o examen luego de explicar un contenido.
Un sistema alternativo de evaluación, es la Auténtica; que consiste en un proceso colaborativo y multidireccional, esto quiere decir que los alumnos se autoevalúan, son evaluados por sus pares y por el maestro y éste a su vez aprende de y con sus alumnos. Con este método los alumnos se responsabilizan y mejoran la calidad de su propio aprendizaje y reconoce al profesor como un “mediador” del aprendizaje. Esta es una alternativa de evaluación, donde otro de sus fines es que todos los estudiantes aprendan; y para lograr esto, se incluyen en la evaluación auténtica conocimientos previos, motivación intrínseca, ritmo de aprendizaje y pensamiento divergente.
Es por lo anteriormente mencionado que el texto planteado por Ahumada me parece válido y digno de reflexionar, y quizás más allá de reflexionar, el punto es actuar y con esto cambiar las prácticas docentes, construyendo así un mejor proceso evaluativo, lo que llevará a un mejoramiento de la educación